En su día esta cárcel fue el edificio más caro de Estados Unidos, donde los criminales más peligrosos recibían un draconiano castigo (llegando a cumplir largas penas en total aislamiento) que condujo a muchos a la locura. Los que han visitado este lugar aseguran que se escuchan llantos, risas y susurros procedentes de las celdas.
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